En relación al contenido del Proyecto de Ley del
Gobierno, ATTAC España quiere transmitir a la opinión pública los
siguientes argumentos para fundamentar su rechazo a la reforma
fiscal y promover la movilización social para frenarla:
1. El actual Proyecto de Ley presentado con
la intención de incentivar el crecimiento y reducir la presión
fiscal sobre las rentas medias y altas, es absolutamente
continuista respecto a las políticas fiscales neoliberales de
anteriores Gobiernos en España y en Europa, basadas todas en un
apoyo e incentivo a las rentas del capital en detrimento de las
rentas del trabajo, que se simultanea con una política de
estabilización y control presupuestario que obliga a reducir el
necesario gasto público del que se benefician las personas de
rentas bajas. La reforma fiscal supone, además, el
incumplimiento de la promesa electoral del actual Gobierno de
igualar la fiscalidad de las rentas del trabajo y del capital.
2. ATTAC rechaza especialmente esta reforma
fiscal por cuanto prevé la aplicación de un tipo único del 18%
para las rentas del capital (consolidando el que estas rentas
tributen a un tipo menor que las rentas del trabajo), una
reducción general del impuesto de sociedades del 35 al 30% para
las grandes empresas y la reducción del tipo máximo del Impuesto
sobre la Renta de las Personas Físicas del 45% al 43%. Todo
ello, además de sus efectos sobre la equidad y progresividad del
sistema, se traducirá en una reducción de la capacidad
recaudatoria del Estado, con la consecuente merma de los
recursos necesarios para reforzar unos servicios sociales que en
España se encuentran media docena de puntos por debajo de la
media europea en el ratio gasto social/PIB; consecuencias que
pueden llegar a ser dramáticas cuando se observa además que la
reforma fiscal proyectada se complementa con una progresiva
privatización, en la práctica y a lo largo y ancho del país, de
la gestión de los servicios de titularidad pública.
3. ATTAC denuncia que esta política fiscal va
contra la letra y el espíritu de nuestra Constitución, que en su
artículo 31.1 establece que “Todos contribuirán al sostenimiento
de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica
mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios
de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance
confiscatorio.”
4. ATTAC no se cansará de insistir ante la
ciudadanía en la urgencia social de reforzar los planes
dedicados a la prevención de la evasión y del fraude fiscal (que
ya supone más de un 20% del PIB, según ciertas estimaciones).
Entendemos que una reforma de la ley, para ser eficaz, no sólo
ha de actuar sobre los capitales declarados, sino que es
absolutamente necesario que actúe preventivamente, para impedir
que actúen impunemente los mecanismos por los que se evaden y
defraudan grandes cantidades de dinero que no cotizan a la
Hacienda Pública. Desde ATTAC venimos manifestando hace años la
necesidad de tomar medidas urgentes para evitar la evasión y el
fraude fiscal vía Paraísos Fiscales extraterritoriales; en este
sentido en un comunicado enviado recientemente al Ministerio de
Economía y a Presidencia del Gobierno, ATTAC, entre otras
medidas, pide que no sean reconocidos en el ordenamiento
jurídico español las sociedades mercantiles y entidades
financieras registradas en estos Paraísos Fiscales. Consideramos
que esta reforma fiscal, pese a sus buenas intenciones, peca de
cortedad de medios y de objetivos. El Proyecto de Ley del
Gobierno parece querer dar razón a los que defienden que la
reducción de impuestos desincentiva el fraude fiscal, lo que es
una falsedad pues éste no ha dejado de incrementarse en los
últimos años, pese a las sucesivas reducciones tributarias.
5. Frente a la engañosa tesis que sustenta
esta reforma fiscal de que una reducción de tributos se compensa
con una mayor recaudación fiscal, vía afloramiento de la
economía sumergida, ATTAC argumenta y previene de que el
resultado del Proyecto de Ley en tramitación será, con certeza,
una sociedad más desigual, con menos servicios públicos y menos
cohesionada, donde se seguirá incentivando el individualismo, la
especulación, la codicia, la rapiña, la corrupción y el fraude,
como muestran ejemplos abundantes en la prensa diaria. Por que
detrás de la presente reforma fiscal está, entre otras, la
llamada “cultura del ladrillo”, totalmente insostenible desde
todos los puntos de vista, y que económicamente abre una gran
brecha generacional entre unos padres que están “encantados” por
la revalorización de su patrimonio inmobiliario y unos hijos que
se ven imposibilitados a acceder a una vivienda digna. ATTAC
quiere recordar a los ciudadanos que el Estado de Bienestar en
Europa ha prosperado siempre que se han aplicado políticas
fiscales progresivas, y que las políticas fiscales regresivas
como las de la presente reforma han coincidido con épocas de
bajo crecimiento, alta acumulación de capital y fuertes
desigualdades sociales.
En conclusión y en contraposición a la reforma
fiscal presentada por el Gobierno, ATTAC llama a la movilización de
la ciudadanía para defender políticas fiscales más justas y
progresivas, donde la solidaridad con las necesidades públicas sea
mayor para aquellas personas con mayor capacidad de pago, donde se
promuevan mecanismos de democracia participativa en el control y
gestión del gasto público, donde los impuestos progresivos puedan
cumplir además su función de estabilizador automático de la economía
y de eficaz medio de asignación de recursos para aquellas
necesidades que el mercado no puede cubrir. ATTAC propone una mayor
eficacia en la lucha contra el fraude fiscal y participar más
activamente en la lucha internacional contra el blanqueo de dinero.
Conscientes de que en una economía global los estados no pueden
aplicar por separado sus políticas fiscales, ATTAC insta a los
gobiernos democráticamente elegidos en la Unión Europea a que
profundicen en la convergencia fiscal, laboral y social dentro del
continente y se busquen acuerdos de cooperación con las demás áreas
económicas del mundo, con el objetivo de evitar el dumping fiscal,
de erradicar los paraísos fiscales, y de detener el empobrecimiento
de las regiones más desfavorecidas del planeta, sin pérdida de
derechos básicos de nadie.