El Consell ayudará a Sáez Merino si mantiene el
centro de Ayora
La firma redimensiona su plan para rebajar el
número de despidos
La Generalitat está dispuesta a ayudar a
Sáez Merino en su plan de reorientación estratégica. Pero, para
ello, parece que se ha convertido en condición indispensable que la
empresa mantenga el centro de Ayora, que da empleo a 84 personas y
cuyo cierre estaba previsto junto con Torrent, Carcaixent y Casas
Ibáñez.
J. Z./ VALENCIA LAS
PROVINCIAS
Trabajadores de Sáez Merino,
en una protesta ante la Generalitat.
El
director general de Trabajo, Román Ceballos, mantuvo ayer un nuevo
encuentro con los representantes sindicales de Sáez Merino.
En el transcurso del mismo, el representante del
Consell mostró la disposición de la Generalitat para colaborar con
la empresa. Pero, según explicaron fuentes sindicales, hay dos
requisitos indispensables: La dirección de la firma textil debe
reducir el impacto del expediente de despidos –previsto en principio
para un total de 548 personas– y, además, debe salvar el centro
productivo de que tiene la firma textil en Ayora.
Y es que desde el Gobierno de la Generalitat se
considera que la zona de Ayora tiene escasas posibilidades de
recolocación para estos trabajadores. De hecho, se considera que los
excedentes de Carcaixent, y Torrent tienen muchas más posibilidades
de recolocación en su zona.
La idea ya ha sido apuntada a la empresa, que esta
semana rediseña su plan para intentar salvar el centro productivo de
Ayora.
Primero el acuerdo
En todo caso, las ayudas no se concretarán
mientras la empresa no presente un nuevo plan de despidos. Según ha
podido saber LAS PROVINCIAS, estas ayudas se centrarán en
subvenciones para el reciclaje de los trabajadores de Ayora con el fin
de facilitar su recolocación en otras empresas. Además, también se
estudian posibles actuaciones de reindustrialización de la zona. Una
cuestión que podría tener efecto a más largo plazo.
Sea como fuere, el Consell no moverá ficha
mientras el expediente no se lleve a efecto. Y todo parece indicar que
para que esto ocurra primero tendrá que haber un acuerdo con los
trabajadores.
En definitiva, Sáez Merino se encuentra en una
encrucijada. Presentó su expediente para 548 empleados con el cierre
de cuatro plantas (las tres valencianas y la albaceteña de Casas
Ibáñez). Pero, mientras no haya un acuerdo con la representación
sindical, no hay ninguna disposición por parte de la Administración
central –competente al haber dos autonomías implicadas– para
aprobar el expediente. En esta situación, la empresa se ha visto
forzada a redimensionar su plan de despidos, cosa que hace esta
semana. Pero, ahora, desde la Administración valenciana se le exige
el mantenimiento del centro de Ayora. Desde la central se hace lo
propio con el de Casas Ibáñez, por motivos similares a los del
centro valenciano.
Con todo esto sobre la mesa, el ajuste podría
sufrir una importante reducción. Solo estos dos centros emplean a 200
personas. La cuestión es si esta rebaja será suficiente para que los
sindicatos den el visto bueno.
El viernes hay una nueva reunión entre empresa y
sindicatos. Hoy, los representantes de la propiedad de Sáez Merino se
ven con el conseller de Economía, Gerardo Camps.