LEVANTE Sábado, 04 de noviembre de 2006
Teresa Albendín, Alzira
La Confederación Hidrográfica del Júcar ha
descartado incrementar las aportaciones hídricas que, desde la presa
de Tous, llegan al Júcar, ya que considera que esta medida «pondría
en peligro» el abastecimiento de agua a Valencia y al área
metropolitana. Varios tramos del cauce entre Gavarda y Carcaixent se
han quedado secos, lo que viene a agravar la degradación del río,
por ello desde la plataforma Júcar Viu se denunció el jueves la
«dramática» situación del cauce y se reclamó que se aumentara el
caudal ecológico al considerar insuficientes los aportes actuales.
Desde el ente hidrográfico indicaron ayer que no
se puede aportar más agua al río y concretaron que en estos momentos
desde la presa se está soltando un metro cúbico por segundo para
mantener el caudal ecológico. Además incidieron en que esta cantidad
es incluso superior a la establecida en el vigente plan de cuenca
del Júcar, que fija en 0,6 metros cúbicos por segundo el caudal
ecológico. La situación del río es crítica ya que se está viviendo
uno de los años más secos y la reserva de agua almacenada se
encuentra bajo mínimos, por lo que desde el organismo hidrográfico
se considera prioritario reservar el agua almacenada para poder
garantizar el suministro urbano.
El deterioro del Júcar comenzó a agravarse el pasado mes de
septiembre cuando, al concluir la campaña de riego en los arrozales
de l'Albufera, se redujeron los aportes que llegan al cauce desde la
presa de Tous. El lecho se ha quedado seco en algunos tramos. Desde
Júcar Viu se alerta de que toda el agua que se suelta desde la presa
no llega a la parte baja del río, ya que se produce una pérdida por
filtraciones entre Gavarda y Antella. A partir de Carcaixent y
Alzira, el río comienza a recibir las aguas residuales de estos
municipios que llegan al cauce sin tratamiento. El último tramo del
río, ya en la Ribera Baixa, está muy deteriorado, y hasta algunos de
los municipios que están más próximos al cauce, como Polinyà, Riola,
Albalat y Fortaleny, llega un olor pestilente procedente del cauce.
Los alcaldes de estos pueblos temen que se genere un problema de
salud pública y tampoco descartan que se puedan producir nuevas
mortandades de peces si la situación del Júcar no mejora pronto.
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