Avelino
Hernández Lucas nació en septiembre de 1944 en
Valdegeña, Soria -al pie del Moncayo- entonces un pequeño
pueblo de 300 habitantes dedicado a la agricultura.
http://www.avelinohernandez.com/
De su infancia, vivida íntegra en el ambiente de pueblo
rural, evocó Avelino alguno de los valores que
posteriormente le sirvieron para cimentar sus opciones en la
existencia: El vínculo, inseparable e íntimo, entre vida
humana y naturaleza,relación casi personalizada en su obra.
La sensación de libertad, interiorizada de forma tan
connatural al hombre como la aspiración del aire al
respirar. El sentido de igualdad -"nadie es más que otro si
no ha hecho más que otro"- es una de las citas preferidas de
Avelino. Y la solidaridad, aprendida en la calle,
simplemente viviendo, creyendo que ayudar a los otros es un
juego más.
Algunos títulos que aportó el autor a la narrativa
infantil reflejan no sólo la vivencia feliz de esta faceta
personal de "niño de pueblo" sino este entretejido de su
sistema de valores: Una vez había un pueblo, Silvestrito, El
Valle del Infierno...
El período formativo de Avelino Hernández le lleva fuera
de su provincia, trenzando un circuito que incluye Miranda
de Ebro (bachillerato superior), El Escorial (Filosofía y
Letras y Humanidades), Universidad de Sevilla (donde no
concluye dos cursos de árabe) y Universidad Complutense de
Madrid (donde no concluye dos cursos de Derecho).
El motivo de estos proyectos inconclusos de carreras
académicas formales es la intensa implicación del autor en
estos momentos en la causa de la lucha contra la dictadura
de Franco y su régimen, evolucionando desde iniciales
planteamientos de compromiso cristiano. Implicación que le
lleva a ser detenido y encarcelado por la tristemente
célebre Brigada Político Social y procesado -con tres años
de petición fiscal- por el no menos tristemente célebre
Tribunal de Orden Público (1970). Todo lo cual determinó el
paso de Avelino a la más absoluta clandestinidad de su lucha
política -como dirigente de la Organización Revolucionaria
de Trabajadores- vivida en Madrid, Andalucía,
Vivió sus últimos años en Selva (Mallorca), un municipio
de fuerte personalidad insular, en las raíces de la hermosa
Sierra de la Tramuntana. En un contexto cultural -el
mediterráneo- abiertamente opuesto al castellano de sus
raíces; en estrecha unión con el mar, donde mantiene un
viejo llaüt de pesca; vinculado a los quehaceres
tradicionales del ciclo anual en la cultura popular; en
conexión con el ambiente cultural y artístico altamente
cosmopolita de la isla; comprometido con los movimientos
sociales que se oponen al rumbo que el dinero y su imperio
están imprimiendo al mundo.
En este contexto, libremente escogido y cuidadosamente
creado, de existencia sosegada y horaciana, Avelino
Hernández trabajó rigurosamente y ahondó la construcción de
su mundo artístico propio y la producción literaria que lo
plasma. Con sistemática regularidad entregaba "a quienes
conmigo van" los sucesivos frutos de este trabajo,
periférico siempre a los vericuetos del mercado y al margen
de los entresijos de la república de las letras.
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