La falsa polémica suscitada
entre Alzira y Carcaixent por la
implantación del centro comercial, tuvo su
epílogo con la inasistencia de los
responsables vecinos a los actos de
inauguración, evidenciando el malestar que
sólo había creado la propia insolvencia de
los de Alzira en los tres años que,
teniéndolo todo a huevo, decidieron no hacer
nada. Después mucho bla bla bla y mucha
tontería para enredar una historia que queda
escrita y documentada para su propia
vergüenza.
Pero si bien esto es cierto,
no lo es menos que al acto asistieron muchos
de mis mejores amigos de Alzira y de la
comarca, algunos de ellos cargos públicos
importantes, que me honraron con su compañía
y a los que tengo en gran estima. Nunca
debemos confundir a los ciudadanos de a pie
con los que llevan el pandero en cada
momento. Y demasiadas veces no está el
tambor en las mejores manos.
La alcaldesa de Carcaixent,
Lola Botella, y los responsables de Eroski y
Lar-Grovesnor inspirados por Jose Miguel
Yubero, tuvieron la deferencia de concederme
el honor de presidir con todos ellos y con
el Conseller Justo Nieto, el acto de
inauguración del centro comercial como
reconocimiento a una labor callada que
durante seis largos años había fructificado
por fín en mi pueblo natal, lo que para mí
era una doble satisfacción. Cumplía
felizmente un difícil encargo profesional y
realizaba el viejo objetivo político de
desarrollar Carcaixent hacia Alzira tratando
de maridar los intereses de las dos ciudades
en una sinergia de objetivos comunes. Idea
que siempre ha estado presente en las
frentes más despejadas de ambos pueblos.
De izquierda a derecha: Ignacio
Lallana (Grupo LAR) / Jose Miguel Yubero
(EROSKI) / Pasqual Vernich (Arquitecto y
Urbanista)
Lola Botella (Alcaldesa de Carcaixent)
/Justo Nieto (Conseller de industria y
Comercio) / Alfonso Fernandez Villacorta
(Jefe de Expansión de Eroski)
Si hay que agradecer a algún
político su esfuerzo es a la alcaldesa Lola
Botella que junto con Yubero y conmigo,
quemamos muchas baterías de móvil y muchas
ilusiones para hacer progresar un carro
continuamente lastrado por unos y otros.
Desgraciadamente, todo tiene su precio, y
siempre se acaba hurtando demasiado tiempo
a la familia, en unos años muy difíciles
para los míos. Aunque ellos saben que me
siento orgulloso y agradecido por su ayuda y
por su ilusión, tal como les manifesté en mi
discurso. A ellos se lo debo todo.
El complejo comercial fue
bendecido, como Dios manda, por el Obispo
Auxiliar de la Diócesis de Valencia que tras
cumplir con su labor profesional y soportar
nuestros discursos, no pudo quedarse a los
actos lúdicos de bailarinas, canapés y
copichuelas con los que se amenizó la
fiesta. El pobre hombre que con discreción
y humildad cristiana, trató de entrar en el
recinto por una puerta lateral, fue
interceptado por los de seguridad que no
habían sido avisados por la organización de
la visita de un obispo. Rápidamente se
solucionó el problema aunque quedó un poco
en entredicho el protocolo con las
autoridades religiosas. Espero que el Cura
Párroco y el Arzobispado nos lo hayan
perdonado.
Tomamos la palabra, por orden
inverso, el Conseller de Industria y
Comercio Justo Nieto, la Alcaldesa de
Carcaixent, yo mismo en representación de
todo el equipo técnico y Alfonso Fernandez
Villacorta, jefe de expansión de Eroski.
Lógicamente yo había preparado con
antelación mi discurso y, aunque estaba
acostumbrado a los parlamentos públicos, mi
intención era leerlo para evitar las
emociones del momento. Cuando llegó mi turno
notaba que los focos del escenario no me
dejaban leer el papel y tuve que improvisar
una intervención que afortunadamente me
sabía. Después del acto me di cuenta de que
no era el contraluz el motivo de mi ceguera
sino que, con los nervios, se me había
olvidado ponerme las gafas.
La inauguración del Centro
Comercial “Ribera del Xúquer” de Carcaixent,
cierra una etapa de trabajo, esfuerzo e
ilusión que siendo en sí importante, lo es
mucho más porque inició una transformación
urbana hacia el Norte de la ciudad y provocó
una reacción de desarrollo en cadena de
Alzira hacia el Sur. Con ello se han sentado
las bases para implantación de un área
urbanizable entre las dos ciudades de uso
fundamentalmente terciario que podría
convertirse, si la inteligencia nos asiste,
en una interesante zona de desarrollo
conjunto en el corazón de La Ribera.
Llegados a este punto,
pensaba cerrar esta serie en el próximo
capítulo con unas breves consideraciones
urbanísticas y cambiar de tercio.
Por supuesto, con el permiso
y la paciencia de los lectores.
Pasqual Vernich |