Al parecer la propiedad
representada por su asesoría, lo quería todo
sin más consideraciones. Durante las
discusiones llegaron a amenazar con el
ofrecimiento de sus terrenos a Carrefour y a
otras operadoras, sin pararse a pensar el
resultado que había tenido este truco en
Alzira desde donde había venido dando
tumbos. Pronto se dieron cuenta de que
ciertas jugadas de farol no servían en esta
partida y además eran peligrosas porque
habían sido ensayadas anteriormente sin
éxito.
Por fin, y tras una tensa
reunión en el Ayuntamiento en la que
llegamos a levantarnos de la mesa dando por
concluido el asunto, se llegó a un acuerdo
de colaboración cediendo la reparcelación a
la AIU y a Carcaixent Nord posteriormente.
El objetivo del acuerdo no era otro que el
desarrollo del PAI y su ejecución, además de
garantizar la obtención de la parcela
comercial de Eroski, sin lo cual este
polígono carecía de sentido por falta de
expectativas.
Así lo habían entendido casi
todos menos La Rosa, que censuró
públicamente los intereses asociados a esta
operación urbanística “en una de las
áreas de expansión más cotizadas de la
ciudad”, cuando era una de las zonas más
cochambrosas de Carcaixent. De hecho era el
único suelo urbanizable olvidado hasta
entonces, a pesar de que Inicias había
presentado todos los PAI imaginables en la
urbe sin haber prestado la más mínima
atención a este. Tampoco se había fijado
ningún otro promotor.
A partir de encargarse de
la tramitación del Plan Parcial la
AIU-Inicias, el proyecto permaneció
estancado, de forma aparentemente
injustificada, durante cuatro meses lo que
motivó una instancia de protesta de nuestro
abogado José Luis Palau, con registro de
entrada de 22-05-2002, en la que se
solicitaba, una vez más, la gestión directa
del plan por el Ayuntamiento ante el
aparente bloqueo de Inicias. Durante ese
periodo comenzó a revolotear por la zona un
desconocido personaje llamado Felipe Dasí
dispuesto a comprar los terrenos que se nos
habían negado y, cosa insólita, que ahora
se ofertaban a sus dueños a precios
inferiores. Solía frecuentar el camino de la
calle Avellanas detrás del Arzobispado,
último domicilio social de Inicias,
seguramente para consultar las operaciones
que le habían encargado. También aparecieron
algunos conocidos córvidos locales del
ámbito inmobiliario de los que hablaremos
más tarde.
Nuestra carta de protesta
surtió efecto publicándose el Plan Parcial y
el Proyecto de Urbanización en el DOGV del 9
de Julio. A partir de entonces se activó la
tramitación y, salvando detalles
intermedios, se aprobó el PAI pendiente de
su reparcelación, el 10 de Octubre de 2002.
Después de otro “retraso técnico”,
repetidamente denunciado por nosotros, en
la que todos los propietarios pasaron por
capilla para ultimar ajustes, el 6 de
febrero de 2003 se firma por fin el Decreto
de Alcaldía para la publicación de la
reparcelación. No obstante todavía se retuvo
algún tiempo por Inicias en medio de
nuestras protestas, hasta el día veinte del
mismo mes, aprovechando que había sido
delegada por el Ayuntamiento para su
presentación en el DOGV, con ello se
consiguió aún más plazo para ultimar
seguramente las compras de terrenos con una
información privilegiada.
No obstante, la dirección de
Carcaixent Nord S.A., representada por su
presidente José Luis España Marsal, se
mantuvo al margen de todas estas maniobras,
centrándose en defender los intereses de sus
propiedades y las del conjunto del sector,
sin implicarse en maniobras especulativas.
Su gestión, extremadamente rigurosa y
honesta, fue fundamental para poner orden en
la administración de este asunto sobre el
que volveremos más adelante. Su colaboración
en la ejecución de la urbanización fue muy
importante para que el proyecto pudiera
completarse.
Nosotros terminaríamos la
reparcelación sin un metro cuadrado de
suelo excepto la parcela comercial y nos
mantuvimos lejos de cualquier operación
especulativa por decencia y prudencia
mientras que otros, incorporados a última
hora, amasaban los famosos intereses de la
operación urbanística. Menos mal que
logramos tener alguna persona sensata a
nuestro favor dentro del grupo de
propietarios, de lo contrario esto no lo
salva ni la caridad.
Pasqual Vernich |