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Historia del centre comercial ER

Historia del centre comercial EROSKI

Capitulo 2 EROSKI EN CARCAIXENT

ÍNDICE 

 

TOCANDO FONDO (4)

Pascual Vernich

Si bien la recepción del Eroski por parte de algunos munícipes no fue de lo más agradable, el ambiente ciudadano en Carcaixent era de alegría y satisfacción. Así lo expresa Rafael Blasco Hernandez en una pequeña columna publicada en la prensa de Noviembre, quien agradece con generosidad la actuación de todos los grupos políticos que pusieron su cara en la foto, aunque sólo la alcaldía puso su empeño, y me dedica esta pequeña cita que por su singularidad y valentía, en medio de los sonados rebuznos de algunos, merece ser recordada en memoria de Rafael “Quisiera resaltar la decisiva actuación de alguien que desde fuera del Consistorio se ha dejado la piel en el intento, el ex-alcalde socialista y arquitecto Pascual Vernich… me consta que ha puesto todo su empeño en inclinar la balanza en favor de su pueblo.” Nobleza obliga amigo mío.

 

Aunque el 27 de noviembre de 2001 se presentó una instancia en el Ayuntamiento por la que se designaba a la empresa Clasica Urbana cómo delegada de Eroski para la gestión del desarrollo urbanístico del suelo comercial y se ofreció la colaboración al Ayuntamiento para su tramitación por gestión directa, este optó por el procedimiento ordinario abriendo con ello una peligrosa tendencia alcista en el precio del suelo. Al fin y al cabo era lo que querían quienes tergiversaron la filtración a la prensa.

Las presiones de estos habían aumentado la indecisión del equipo de gobierno quienes, en una visión a corto plazo, decidieron el camino menos comprometido inicialmente, sin darse cuenta de que acababan de activar una bomba de relojería que podía hacer estallar el proyecto en el momento más inoportuno. La reparcelación o incluso la escritura pública eran los momentos clave para un golpe de mano especulativo, cómo se verá.
En este escenario sólo cabía procurar un acuerdo de colaboración con la Agrupación de Interés Urbanístico que iba a resultar segura adjudicataria de la condición de urbanizador, acuerdo que se consiguió a finales del año después de muchas tensiones y de convencer a los propietarios, con la ayuda constante de la alcaldía, de que sin acuerdo previo no había nada de nada. No obstante y aunque se desbloqueaba la tramitación, quedaban muchos cabos por atar.

Para empezar no pertenecían a la AIU todos los propietarios afectados por lo que algunos de ellos podían no verse obligados por sus acuerdos y además no tenía la estructura empresarial necesaria para emprender determinadas acciones de tipo mercantil, como la compra de terrenos, por lo que se optó por la constitución de una empresa denominada Carcaixent Nord S.A., que asumiría la condición de urbanizador previa cesión por la AIU, operación que debería aprobarse por el Ayuntamiento.

La AIU confió la gestión técnica y económica desde el principio a una consultoría urbanística denominada Inicias, fundada y dirigida por Paco Cholvi, antiguo concejal de Vicente Pla, quien había comenzado su actividad empresarial a la sombra de la Generalitat de entonces, cerca de la Plaza de Manises. En su empresa habían trabajado varios técnicos municipales de Carcaixent tras solicitar excedencia en su momento, que ahora se habían reincorporado como funcionarios a la oficina técnica municipal; entre ellos el arquitecto jefe del departamento de urbanismo del ayuntamiento y uno de los aparejadores municipales.

La consultora dirigida por Cholvi había resultado adjudicataria de casi todos los PAI que se habían tramitado en Carcaixent y algún proyecto de edificio público, estando asociada en aquel momento con la promotora Llanera. Tenían el Plan Parcial de Quatre Camins de tipo residencial, el Barxeta 1 y 2 de uso industrial, La Coma, también industrial y ahora resultarían gestores del Sector 1 Boticari Bodí. Es decir, todos o casi todos los que en ese momento se tramitaban y, sin embargo, ninguno de los concejales críticos había levantado un solo dedo para señalar tan curiosa circunstancia, pero se revolvían en contra nuestra. Este monopolio tenía una fácil explicación, las buenas relaciones de algunos ediles con Cholvi y con sus ex-empleados, daba a estos concejales una ventaja relativa frente al gobierno de Lola Botella enfrentada con el arquitecto municipal, hombre de confianza de Pla y Navarro que le habían apadrinado en su reincorporación, por lo que había que machacar y desprestigiar cualquier otra opción que les debilitase y muy especialmente la nuestra.

Cierto es que Cholvi resultaba un tipo encantador y con ese aspecto bonachón que le facilitaba su constitución pícnica, dejaba embobado a cualquier bicho viviente, especialmente si el bicho en cuestión tocaba la flauta de oídas y escuchaba sólo una música, como suele suceder entre los concejales. Era un audaz emprendedor y todavía más atrevido administrador, lo que derivó al final en una gestión incompleta que junto con la caída de Llanera, dejó embarrancados los suelos industriales de Carcaixent por algunos lustros, sin que tampoco se hayan oído protestas de los susodichos concejales. Por razones que no vienen al caso, el Consejo de Administración de Carcaixent Nord S.A., le retiró la confianza después de la reparcelación y nos devolvió la dirección técnica del PAI hasta su terminación. Después de un cierto tiempo y antes de desatarse la crisis, Inicias entró prematuramente en concurso de acreedores.

Con el beneplácito de la oficina técnica municipal, Inicias tramitó un plan parcial mucho más densificado que el nuestro para maximizar beneficios. Agotaba las edificabilidades del Plan General convirtiendo la variante norte de Carcaixent en una simple calle de dos carriles en lugar de la avenida actual de cuatro, solución a la que tuvimos que regresar una vez recuperado el control del proyecto de urbanización. No obstante, como balance positivo, conseguimos perfilar un acuerdo reparcelatorio para obtener el solar comercial, convenciendo a los propietarios de que cedieran parte de sus derechos de suelo en la ubicación terciaria con el compromiso de vender a Eroski en su momento. Con ello se satisfacían las expectativas de la propiedad y se podía avanzar en el proyecto. Pero la solución no era perfecta y algunos se quedaron voluntariamente al margen del acuerdo esperando agazapados el momento oportuno para especular a costa de los demás.

Aunque habíamos tocado fondo durante estos meses, esto nos sirvió para dar un fuerte empujón hacia la solución definitiva.

Pasqual Vernich

 

 

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