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Historia del centre comercial ER

Historia del centre comercial EROSKI

Capitulo 2 EROSKI EN CARCAIXENT

ÍNDICE 

 

NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA (1)

Pascual Vernich

Trabajar en favor de mi pueblo era una cosa que me ilusionaba pero al mismo tiempo me producía una cierta desazón, ya que en aquella corporación se encontraban todavía enquistados muchos de los concejales con los que yo había tenido que pelear dos legislaturas antes y que, algunos de ellos, escondían viejos resentimientos. Sabía que no me lo iban a poner fácil. Por eso creía que mis posibilidades peligraban en casa propia y que no iba a tener otra oportunidad.

 

Sin embargo, había algunas diferencias favorables con respecto a la vecina Alzira. Mientras que los dirigentes de la pequeña capital iban de engreídos y sobrados, en Carcaixent por el contrario, estaban históricamente faltos de inversiones y acomplejados por el estancamiento de la ciudad, pero alimentaban el orgullo del hidalgo venido a menos de otras épocas. Esas dos circunstancias podían aprovecharse en beneficio de la operación Eroski.

Desde el primer momento que hablé de esto con Lola Arbona se mostró muy ilusionada con la propuesta aunque siempre puso como condición el total respeto y no interferencia con el ayuntamiento de Alzira, actitud poco reconocida por sus vecinos, y sobre todo que no fuese utilizado Carcaixent cómo señuelo para cazar en Alzira. Condiciones que aceptamos y respetamos escrupulosamente por parte de Eroski en todo momento aunque muchos, por ambas partes, no lo creyeran. Tanto los unos como los otros estaban convencidos de que era un amago para convencer a Alzira. Los primeros por prepotencia y los segundos por timidez.

Se equivocaban los dos, porque en la época de la globalización, del internet y del automóvil, poco podían importar dos kilómetros de distancia si existían o podían existir buenas comunicaciones. El condicionante de la capitalidad de la comarca pertenecía más al imaginario colectivo local que al cómputo de necesidades. Así lo entendieron rápidamente desde Elorrio mientras que aquí, tirios y troyanos, ni se enteraban.

Con estas premisas, el ambiente del mes de Septiembre y Octubre de 2001 no podía ser más agresivo en contra nuestra. Destacaron las declaraciones del concejal del PSOE José Andrés Conejero al diario Levante el 19 de Septiembre “estas propuestas son de alguien con pocos escrúpulos que está utilizando burdamente el nombre de Carcaixent para chantajear a Alzira utilizando tácticas de parchís más antiguas que andar a pié”(sic). Cariñosa frase dedicada a mí, prejuzgando maliciosamente nuestras intenciones sin conocer apenas nada. Visto que la alcaldía, con la que habíamos tratado hasta entonces, tampoco aclaraba el asunto, pedimos urgentemente al ayuntamiento, por registro de entrada, una reunión con los portavoces de los grupos políticos para explicar detalladamente nuestro proyecto e intenciones. Las reuniones se celebrarían en el mes de Octubre.

El diario Las Provincias publicó el 22 de septiembre “todos los grupos coinciden en que se está utilizando a Carcaixent a favor de Alzira” o también reproducía calificativos tan hospitalarios de los concejales como “burda maniobra de la empresa”. Hasta tal extremo llegó la agresividad hacia mi persona que tuvo que salir el amigo José Miguel Yubero en mi defensa, en nombre de Eroski, en un oportuno comunicado muy de agradecer “Yubero sale en defensa del arquitecto y ex alcalde de Carcaixent” frente a todos aquellos que pretendían “demonizarle”, fueron los titulares. Sin la absoluta confianza y lealtad con la que me honró siempre Yubero, hubiera sido imposible llegar a triunfar.

La reunión de Noviembre con los portavoces siguió la tónica esperada de absoluta incredulidad tras una campaña de difamación en contra nuestra. Destacó, en esta reunión, la intervención de Vicente Pla del grupo de La Rosa, quien tuvo el mérito de hacer cabrear al comedido Yubero con un alegato incendiario contra la explotación del pueblo por los empresarios, todo ello en un chusco estilo seudomarxista con agrias referencias a Eroski. Yubero tuvo que explicarle una vez más al concejal, que la empresa Eroski era una cooperativa de trabajadores todos ellos copropietarios de la misma y que su actitud con Carcaixent era de colaboración leal y añadió “No sé de qué partido es usted ni me importa pero, dada su irresponsabilidad, si yo fuera de este pueblo no le votaría jamás”. Acertada premonición de futuro. Casi nada en boca de un señor que parecía un jesuita por sus manifestaciones extremadamente humildes y prudentes. Sin embargo Pla deformó la versión a la prensa “La Rosa lamenta sin ambages la prepotencia de la empresa y censura los intereses asociados a la operación urbanística”. No sabemos a qué intereses se refería cuando nunca tuvimos ni un solo centímetro cuadrado de suelo. Era una vieja práctica de los malos políticos, difamar en falso que algo queda.

Anteriormente, para dar mayor confianza a la Corporación, se había ofrecido al Ayuntamiento mantener la donación de 250 millones para fines sociales contemplada en el convenio si la empresa al final se instalase en Alzira. Además nos habíamos reunido con los representantes de ASSECA, asociación de empresarios y comerciantes locales, quienes estaban dispuestos a colaborar si se cumplían los términos pactados.

Pero con todo y con ello, quién al final logró la aprobación de los de Carcaixent fueron las manifestaciones prepotentes del alcalde de Alzira. En este país uno está dispuesto a quedarse tuerto con tal de que el otro se quede ciego, pero el honor mancillado nos une. El orgullo del hidalgo carcagentino salió a relucir con la habitual respuesta hispánica: ¡Para cojones, los míos! Y se aprobó rápidamente por unanimidad.

Algunos concejales, hasta entonces, habían estado mordiendo la mano de quien les traía la comida.

Dijo un hombre sabio, nadie es profeta en su tierra.

Pasqual Vernich

 

 

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