Cuando el Ayuntamiento de
Alzira cambió de opinión y obligó a Eroski a
abandonar su primera ubicación, teníamos
ante nosotros no sólo el problema de
encontrar un nuevo emplazamiento, sino
también el de reorganizar nuestra relación
contractual con Onden. Nuestro
candidato a urbanizador había iniciado
importantes inversiones en la zona y ello
nos condicionaba a tener las mejores
atenciones con esta empresa una vez hubiera
finalizado el plazo máximo acordado. La
transformación de los terrenos de rústico a
uso terciario se hacía a riesgo y ventura
del urbanizador a través de un contrato
finalista de compra del solar una vez se
hubiera urbanizado y obtenidas las debidas
licencias. Pero aún no estando obligados por
contrato, creíamos que era muy conveniente
llegar a un acuerdo de gestión conjunta para
la nueva singladura o al menos acordar una
separación amistosa en su caso.
Así las cosas se les ofreció
una solución generosa que consistía en
sufragar todos los gastos habidos con un
interés razonable, todo ello sujeto al éxito
de la operación y con la condición de
continuar trabajando el proyecto
conjuntamente en otra ubicación que aceptase
el Ayuntamiento de Alzira o, si ello no
fuera posible, cualquier otro municipio de
la comarca situado estratégicamente. Quedaba
a criterio de Onden continuar por su cuenta
con el PAI en la zona de Les Bases para
otros usos, siempre que no significaran
competencia directa con el centro comercial.
Nuestras propuestas fueron
rechazadas una y otra vez por los
representantes de Onden, quienes se
empeñaron en mantener el emplazamiento
inicial aún a sabiendas de que el gobierno
municipal de entonces no iba a mover un solo
dedo en aprobar allí el proyecto. Tras
varias reuniones agotadoras en las oficinas
de Eroski en Quart de Poblet, ni
Jose-Miguel Yubero ni yo mismo, pudimos
entender el motivo de una negativa tan poco
fundamentada aparentemente. Después de
varios meses de negociación no se pudo
llegar a un acuerdo por lo que se dejó
extinguir el contrato a su vencimiento, unos
días más tarde, muy a pesar nuestro.
¿Cuál fue el motivo del
empecinamiento de Onden en una
ubicación que no tenía entonces ninguna
posibilidad? Yo creo que la respuesta habría
que buscarla en las expectativas políticas
de la oposición a la vista de las
conversaciones que mantuve entonces con
ellos y una vez conocido el desarrollo
posterior que ha tenido el PAI Vilella-1.
Vilella I, estado actual
Con Elena Bastidas me
entrevisté en varias ocasiones en las que le
expuse el estado del proyecto, pero siempre
me llamó la atención su escasa atención
hacia lo fundamental para la solución
inmediata y su interés por los detalles
colaterales. Me di cuenta de que no había,
en ese momento, una verdadera preocupación
por el éxito de la operación dado que no era
su responsabilidad directa. Tanto ella como
Blasco criticaban duramente la ineficacia
del gobierno de coalición y la verdad es que
no podían hacer mucho más. Entonces
beneficiaba más electoralmente a la
oposición el fracaso de Grande que el éxito
en la implantación del centro comercial. Por
otra parte todos, gobierno y oposición,
partían del convencimiento de que una gran
superficie comercial como esta sólo podía
ubicarse en Alzira, por lo que se podría
deducir que la solución al PAI de Vilella
llegaría en la siguiente legislatura en la
que muy probablemente resultaría vencedor el
Partido Popular.
Parece lógico pensar que
alguien debió crear las suficientes
esperanzas en este primer emplazamiento de
Les Bases para que Onden se empeñara en no
abandonar su posicionamiento a pesar de unas
contrapartidas razonables. También entra
dentro de lo posible que este supuesto
benefactor, después, se viera obligado a
mantener las expectativas creadas contra
viento y marea, a pesar de tener un centro
comercial abierto a unos centenares de
metros y un plan contra inundaciones, el
famoso Patricova, en plena vigencia. Las
expectativas urbanísticas se fueron
materializando años más tarde con no pocas
dificultades y controversias, lo cual
evidenció el compromiso de los que
prometieron un centro comercial en este
lugar. Y así se gestó el nonato centro
comercial de Vilella en Alzira.
Toda esa estrategia se basaba
en el axioma de que un centro comercial de
esta importancia sólo podría instalarse en
la capital de La Ribera y por tanto, el
citado proyecto, podía continuar haciendo
antesala en el Ayuntamiento algún tiempo
más. Así se explica la sorpresa e irritación
por el desenlace final a pesar de las
advertencias. La premisa mayor resultó
totalmente errónea y para entonces, cuando
se empezó a construir el “Vilella” en la
zona de Les Bases, el centro comercial
“Ribera del Xúquer” hacía años que se había
inaugurado en Carcaixent.
Pasqual Vernich |