Figuraba en ese momento entre
mi cartera de clientes la empresa Onden
S.L. que quería iniciarse en el mundo
del desarrollo urbanístico. A pesar de la
inexperiencia de esta entidad en estos
asuntos, tenía sin embargo la ventaja de
que gran parte de su accionariado estaba
formado por representantes del pequeño
comercio. Tengamos en cuenta que las buenas
relaciones y la aceptación del comercio
local eran unas de las premisas importantes
para obtener el apoyo municipal y
autonómico.
El sector de los pequeños
comerciantes como el de las fallas, son
algunos de los fetiches que todo político
valenciano procura tener de su lado para que
las urnas le sean favorables. Sabido es el
temor, a veces irracional, que asalta “als
botiguers” cuando se nombra la bicha de las
grandes superficies. Así pues, todos los
concejales querían ser sus máximos
defensores. Faltaría más.
Estábamos a las puertas de
los comicios electorales y la condición fue
que no se diera a conocer el proyecto hasta
después de las elecciones municipales y
autonómicas de Mayo de 1999.
En dichas elecciones
resultaron mayoritariamente votados el PP
encabezado por Elena Bastidas,
seguido por el PSICV encabezado por Paco
Blasco a poca distancia de votos. Pero
la suma de los dos partidos no daba los
concejales suficientes para gobernar, cinco
cada uno, cuando la mayoría se sitúa en
once.
Se repitió otra vez la
coalición anterior entre PSOE, UV, EUPV y
BLOC. Resultó elegido ahora como alcalde
Pedro Grande del PSOE y se configuró un
pupurri de gobierno ciertamente preocupante
para nosotros.
Durante los meses de Mayo,
Junio y Julio, mientras se constituía la
nueva corporación municipal, se firmaron los
contratos entre empresas y se inició la
redacción del PAI de Vilella.
En la redacción del proyecto
colaboró conmigo el Ingeniero de Caminos
Xavier Machí, por la especial
conflictividad en temas hidráulicos que
tenía esta zona. El amigo Machí, que
dirigía la empresa Typsa en Valencia,
era el técnico que mejor había estudiado en
aquella época los problemas de inundabilidad
de la cuenca del rio Xúquer y colaboraba en
estos temas con el Ayuntamiento de Alzira,
condición importante para funcionar
sincronizadamente con la Administración.
Durante los primeros meses se
sucedieron las gestiones con gran rapidez y,
con la colaboración de los técnicos
municipales, se presentó la documentación
urbanística el 28 de Julio del mismo año
para su trámite. Sólo quedaba que el Pleno
del Ayuntamiento lo aprobase inicialmente
para remitirlo a los organismos autonómicos.
Pero antes de la aprobación
plenaria, el Alcalde pidió realizar un viaje
informativo, a cargo de EROSKI, a un centro
comercial similar con el objeto de convencer
a los concejales. En la coalición, como era
de esperar, andaban cada uno por su lado y
eran muy puntillosos con el tema. Elegimos
el centro comercial de Valladolid por ser el
más parecido al que se pretendía construir.
Se hizo una excursión por
todo lo alto, volando en Noviembre hacia
Valladolid. Después se repetiría, también a
instancias de la Alcaldía, a principios del
año 2000 y con un nutrido grupo de
comerciantes locales.
Resultó muy útil que EROSKI
tuviera una empresa de viajes.
Pasqual Vernich |