Artículo enviado por Rafa Muñoz 26/01/2008
Juan Torres López, catedràtic d'Economia Aplicada de la
Universitat de
Màlaga continua analitzant aspectes econòmics relacionats amb
l'actual
crisi financera i en concret el mite del lliure mercat.
Los liberales se ponen en marcha: intervención masiva en los
mercados
Juan Torres López
Sistema Digital
26-1-2008
Al poco de comenzar a gobernar en el Reino Unido
Margaret Thatcher se inventó la llamada "acción de oro" para evitar
que fondos de inversión de Kuwait adquirieran, a través de
transacciones del libre mercado que decía defender, paquetes de
acciones estratégicos de grandes empresas británicas.
La que fue una de las grandes impulsoras de la
"libertad de empresa" advertía así a quien quisiera entender que la
retórica del nuevo liberalismo era la que era y no otra:
competencia, transparencia y libertad de mercado solo para quien
interesa y cuando conviene. Y cuando no, intervenciones por doquier
para proteger los intereses de los ya de por sí más poderosos.
Más tarde, los gigantescos déficits fiscales de
Reagan o Bush para financiar la industria militar y para apoyar a
las rentas más altas o las políticas de privatización de casi todos
los gobiernos han demostrado reiteradamente que el liberalismo de
los neoliberales es puro intervencionismo, si bien desde una ética
(la del lucro privado) muy distinta a la que había caracterizado al
keynesianismo anterior, sobre todo, cuando había sido puesto en
práctica por gobiernos sinceramente socialdemócratas.
Eso mismo lo podemos comprobar fácilmente en
España observando que los gobiernos que se reputan a sí mismos como
más liberales, como el de Aznar y ahora el madrileño de Esperanza
Aguirre o el de la Generalidad valenciana, son precisamente los que
más intervienen en la economía, en los medios de comunicación y en
toda la sociedad en su conjunto para apoyar y privilegiar a quienes
consideran sus socios o aliados.
La crisis financiera de los últimos meses vuelve
a mostrarnos la verdadera cara de este liberalismo sucio que es en
realidad el neoliberalismo. Los bancos y grandes fondos de inversión
han recurrido a la ingeniería financiera más opaca para realizar
arriesgadísimas operaciones especulativas que le producen ingentes
beneficios. Pero beneficios que son tan elevados precisamente por el
riesgo que comportan, no solo a ellos mismos como inversores, sino a
toda la economía, en la medida en que necesariamente involucran al
conjunto de los flujos financieros, que no solo se necesitan para
especular sino para hacer que funcione la actividad productiva.
Para ello han reclamado y conseguido la
complicidad de los bancos centrales y de los gobiernos, que los han
dejado hacer libremente al renunciar a establecer no ya controles
sino incluso medidas de transparencia para saber en cada momento el
riesgo global que llevan consigo sus actividades inversoras
especulativas.
Pero antes o después la situación estalla, como
no puede ser de otro modo, porque esos beneficios provienen
exclusivamente de operaciones ficticias y de esa ingeniería
financiera que permite obtener ganancias solo cambiando papel por
papel.
Y cuando irrumpe la crisis y los grandes fondos
de inversión quiebran o simplemente retiran sus fondos a la espera
de mejores tiempos, lo que reclaman los que tanto hablan de libre
mercado no es sino la intervención masiva de los bancos centrales
para procurar que amaine el temporal sin poner en peligro sus
beneficios. Y, por supuesto, que guarden silencio sobre la verdadera
naturaleza y causas de la crisis que su codicia ha provocado para
que los ciudadanos de a pie no seamos conscientes de la irracional e
irresponsable utilización que, en una gran parte, realizan con
nuestros fondos.
Es imposible saber cuántos cientos de miles de
millones de euros y dólares han puesto las autoridades monetarias al
servicio de los grandes financieros del planeta en los últimos meces
... para que sigan jugando a su ruleta particular de especulación e
ingeniería financiera. Pero han sido muchos. Tantos, que ya es
imposible que puedan disimular por más tiempo lo que de verdad
significa su liberalismo: intervención para favorecer y proteger a
los fuertes, y desregulación y mercado libre solo cuando sirve para
que los débiles no puedan defenderse de su desmedida afán de lucro y
dominio.
Juan Torres López es catedrático de Economía Aplicada de la
Universidad
de Málaga (España).
Su web personal:
www.juantorreslopez.com
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